Se acerca
Halloween, y en medio de la vorágine comercial siniestro-gótica vuelven a la
memoria de los antiguos jóvenes el recuerdo de aquel mítico pueblo de los
malditos, con aquellos niños siniestro-suecos que eran capaces de hipnotizar a
los habitantes.
Cartel de "La noche de los muertos vivientes" |
Es posible que aquella bestia del pantano ya solo
cause risa, que el argumento de muchas hoy en día sea una completa basura,
hilarante, eso sí, y muy mítico. Pero ¿qué podemos esperar del ataque de unos
cangrejos gigantes (Attack of the crab monsters)?
Reconozcamoslo,
este cine casposo y de bajo presupuesto posee un gran atractivo aún hoy en día.
Es lo que tiene el cine de serie B, que permite que incluso films como “Karate
a muerte en Torremolinos” puedan ver la luz.
Quien
no ha oído hablar de la novia de Frankenstein, el pequeño Drácula, -incluso
Blacula, el vampiro negro-, y esos simpaticos Goonies. En definitiva, cine
cutre y adorable, casi de culto, que bien sirve para echarse unas risas con esa
polilla normal y corriente atacando la maqueta en miniatura de Nueva York.
El
cine de serie B, (B movies en inglés), nació en Holywood entre los años 30 y
60, y se caracteriza por su bajo presupuesto, básicos efectos especiales y
actores poco conocidos, malos, y en decadencia.
En realidad este tipo de cine es
una vía de escape al típico cine americano, en crisis después del crack del 29.
La solución fueron estas producciones baratas y bajas en calidad que rompían la
monotonía y cuando menos suponían un shock en la audiencia, que, curiosa,
llenaba las salas de cine.
"La invasión de los hombres verdes" |
"El ataque de los cangrejos gigantes" |
Y
en este contexto se veneró al Drácula de Bela Lugosi, a Romero y sus simpáticos
zombies maquillados con polvos de talco, sedientos de sirope de chocolate como
sustituto de la sangre, y a Frankenstein, al menos la criatura, convertida en
un terrible asesino perdiendo todo el carácter romántico que el personaje
pudiera tener.
Y es que en las B movies no hay
lugar para complicaciones: hay una guapa, la de la portada de cada película, un
héroe –el guapo-, el malo con muy mala leche, y los amigos, esos que mueren a
lo largo de la película, la carne de cañón. Aparece el monstruo, los guapos se
enamoran, el malo la lía, secuestran a la chica y el guapo la rescata, los
demás mueren todos. Personajes planos, sin más, mucho escote y mucha sangre,
poco diálogo.
La Noche de los Muertos
Vivientes, un hito para el cine de terror, dirigida por George A. Romero
pertenece a este género. En ella, un grupo de personas vive el inicio de una
invasión zombie, que se desarrollara en posteriores entregas con un presupuesto
más alto. El cine B inicio muchas de las sagas de terror que hoy en día
conocemos. En este caso, Romero es el creador del zombi como lo conocemos hoy
en día, un muerto viviente, lento, que camina únicamente movido por el hambre.
No fue hasta la producción de películas como “28 días después” cuando el zombi
cambia de nuevo a un monstruo rápido de aspecto más humano: un infectado.
Si
este Halloween no quieres perder la ocasión de disfrutar con amigos o familia y
eres sensible a el hiperrealismo intestinal de Saw o el terror del nuevo cine chino,
el cine de serie B es la solución.
Por
cierto, actualmente el género resurge en moda, arte gráfico y música. Los
americanos Wednesday 13 y Rob Zombie son un ejemplo de rock muy oscuro y
con aún más sentido del humor.
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